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Destrucción de Patrimonio Histórico, Patrimonio Nacional de Irak, Protección del Patrimonio Histórico
Este es un post que jamás hubiera querido escribir. Desde que comenzaron los atentados contra el Patrimonio Histórico Iraquí en las cercanías de Mosul (provincia de Nínive) por parte del denominado Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL o simplemente EI; ISIS en inglés, de Islamic State of Iraq and Syria; DAESH en árabe), empecé a pensar en escribir algún artículo para denunciar esta situación. Pero la precipitación de los acontecimientos nos ha superado y la magnitud de este crimen contra el Patrimonio de la Humanidad se ha ido incrementando día a día, según nos iban llegando noticias de este despropósito.
Estos sucesos son hasta el momento el último episodio de la destrucción del Patrimonio de Oriente Medio. Esta devastación comenzó en 2003 con la invasión de Irak por las tropas de Estados Unidos y sus aliados. Los daños colaterales “involuntariamente” perpetrados al Patrimonio Iraquí como consecuencia del conflicto bélico, así como el expolio de museos y yacimientos arqueológicos, son el inicio de su merma. La inestabilidad política subsiguiente facilitó la continuidad de esta situación y el estallido de la guerra civil en Siria a principios de 2012 contribuyó a reproducir este estado de cosas en un entorno adyacente. Pero ha sido con la aparición del EI, primero en Siria y luego en Irak, cuando la destrucción del patrimonio de toda la región se ha convertido en una destrucción sistemática.